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Nightwing es un buen personaje. Capaz de escapar de la sombra de su tutor, a lo largo de los años, sus escritores han sabido hacerlo evolucionar desde aquel niño con calzas de los primeros años de Batman hasta su total independencia como héroe.
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Él, por encima de muchos otros, representa el intento de DC de hacer crecer a sus personajes. Le vimos como el mejor Robin tras el fiasco de Jason Todd, le vimos liderar a los Titanes, a los Outsiders y emprender una vida como cualquier superhéroe urbano del UDC. Y ahí es donde se le pueden ver las pegas a esta serie:
Es (o lo hacen) uno más. En este relanzamiento (la verdad es que no he leído nada previo), asisto a una aventura más de un héroe con calzas. Nada impresiona, nada hay de fresco en la historia; y lo peor para un número 1 es que no engancha. Marv Wolfman es un guionista de sobrada calidad y aquí nos devuelve a la época de los ochenta gracias, también, al dibujo de un nada espectacular Dan Jurgens. Un aroma a rancio, a ya contado, que me ha llegado a costar terminar el tebeo. El malo del Ipod es cutre y todo rezuma un cansancio impropio de un personaje que se merece muchísimo más. Qué pena que en su número 1 ya empiece a languidecer con las ganas que le tenía al señorito Grayson...
3 comentarios:
Yo esperaba mucho, mucho...
Ha sido un chasco.
¡Aja, así que es aquí donde se refugió el Ternin de Tierra 2 tras las Crisis!
Jajajajaja... No, es simplemente mi segunda casa: virtual y real.
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